¿Cómo, cuándo y a quiénes educar en biotecnología? Amplio desafío en países donde no es un tema articulado en la agenda pública.
El Salvador: en 10 universidades del país ninguna carrera tiene como contenido principal la biotecnología. Con mediana formación en el área existen seis; y con pocos recursos dedicados a algún aspecto sobre ella, ocho, según datos publicados en la “Propuesta de estrategia que contribuya a la promoción e investigación en biotecnología”, que la especialista en biología molecular Vianney Castañeda- del Centro de Investigación y Desarrollo en Salud (CENSALUD) de la Universidad de El Salvador- expusiera durante el “Taller de especialistas en el marco de la propuesta estratégica para la promoción de la educación en biotecnología y el diseño del sistema de vigilancia de OMG en El Salvador”, a mediados de septiembre.
El documento revela, además, carencias a nivel de instalaciones, equipos y reglamentaciones que amparen el ejercicio de la biotecnología.
Ante este panorama, como una contribución para el impulso y promoción de la educación en biotecnología, el Ministerio del Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN) trabaja, junto con diferentes actores, en una propuesta enfocada en la formación de formadores en la materia denominada “Programa de concienciación, educación y acceso a la información en biotecnología”, que será presentada al Ministerio de Educación para su revisión y aprobación.
“En principio, la apuesta de formación está enfocada a los maestros, de tercero a noveno grado, como replicadores de conocimiento. La meta es llegar a todas las áreas del contexto de educación”, explica Jeremías Yanes, de la Dirección General de Biodiversidad y Patrimonio Natural del MARN
Para especialistas como Pedro Rocha, coordinador del Área de Biotecnología y Bioseguridad del IICA, la estrategia debe estar encaminada en educar en todos los niveles, desde el pre-escolar y primaria, mediante mensajes cortos, claros y creativos, “para ir creando desde ahí, el conocimiento de una herramienta llamada biotecnología que es utilizada para la generación de algunos productos de la vida cotidiana”.
En este marco, Rocha comparte que el Ministerio de Educación Nacional en Costa Rica, con apoyo de IICA, implementa una estrategia de comunicación y educación sobre la biotecnología. El esfuerzo consiste en incorporar en el currículo de estudios desde primaria, hasta secundaria, mensajes relacionados con el tema como utilización de la biodiversidad y microorganismos; actuación responsable de la biotecnología, oportunidad de hacer negocios, entre otros.
Colombia, registra una iniciativa sobre educación, divulgación y promoción de la biotecnología agrícola (www.agrobio.org) Un sitio que pone al alcance de todos, hasta de los más pequeños, y de manera animada “Bio-Aventura” la posibilidad de explorar y comprender los alcances de la biotecnología.
A niveles de educación universitaria, Castañeda apunta a cambios en la Ley de Educación Superior de El Salvador orientados a modificar pensum en carreras como biología, química y farmacia, agronomía, ingeniería de alimentos y medicina.
Por su parte, Rocha indica que pueden generarse líneas de especialización en biotecnología en las carreras antes citadas y otras. El especialista aclara que la biotecnología es una caja de herramientas aplicable a distintas áreas.
En Centroamérica, específicamente en Nicaragua, un grupo de universidades ha unido esfuerzos para la elaboración de un plan nacional de biotecnología, cuya primera acción consiste en el desarrollo de una maestría; por su lado, Zamorano, en Honduras, imparte cátedras sobre el tema; en Panamá existen diplomados y especializaciones, y en Costa Rica hay una carrera en ingeniería en biotecnología.
Hay un hecho innegable, la biotecnología avanza cada vez más.
“Un país que no cree las condiciones para que se generen procesos de educación en la materia, pierde valiosas oportunidades a nivel económico, medioambiental, productivo y social”, finaliza Rocha.
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